[CAST] Crónica «Puerto Huida» mesa redonda #BCNegra2019


JUEVES, 31 de enero de 2019, 16.00 H

Biblioteca Jaume Fuster

 

José Luis Correa es un escritor canario, autor de una serie de novelas protagonizadas por el detective Ricardo Blanco. La última se titula La noche en que se odiaron dos colores (2019).

 

Vladimir Hernández nació en La Habana, pero tiene ascendentes asturianos. Desde el año 2000, vive en Barcelona, donde en 2016 recibió el premio L'H Confidencial por Indómitos y en 2018 editó Habana Skyline.

 

José Luis Muñoz es articulista y escritor. En 2018 editó el libro de relatos de tema africano El mokorero del Okavango.

 

A menudo los autores y las autoras de novela negra son viajeros empedernidos, sea en la vida real o en su existencia literaria. No es extraño, porque los personajes que dibujan se ven, muchas veces, obligados a huir, aunque sea sin salir de una isla como la fuga que protagoniza el detective Ricardo Blanco en busca de un fotógrafo retirado que ha sido secuestrado. Otros autores, "huyen" a su tierra de origen, como es el caso del cubano Vladimir Hernández. Él denuncia (desde Barcelona y en una trilogía con formato de novela negra) el falso aperturismo que, dice, demuestran las autoridades de esta isla del Caribe. José Luis Muñoz, finalmente, vive en el Valle de Aran, pero viaja con la imaginación y huye mentalmente, como hace en su último volumen de relatos editado en 2018, en paisajes lejanos y, a veces, tan exóticos como África .


 

El 31 de enero, Muñoz, Hernández y Correa inauguraron la última tarde de charlas en la Jaume Fuster, esta vez con la moderación de la escritora argentina residente en Barcelona desde hace más de veinte años, Lilian Neuman.

 

Fue una conversación muy fluida y entretenida que arrancó varias risas del público. Estos son algunos de los debates que planteó Neuman: 

 

«Escribir para escapar o para plantar cara?»

 

«La literatura y el viaje siempre han ido juntas» contestó José Luis Muñoz «de hecho la lectura en general es un viaje y la literatura una fuga». 

 

Se podría decir que «los libros en sí son islas» comentó Vladimir Hernández. Y José Luis Correa añadió: «los jóvenes hoy en día tienen muchas cosas para viajar, pero nosotros sólo teníamos los libros. Cuando les digo esto a mis alumnos me miran como las vacas al tren» rió.

 

«En Cuba nos prohibieron viajar directamente!» exclamó Hernández «Durante 60 años sólo pudimos viajar a través de las películas», las cuales, debido a su poco realismo, han contribuido a que América parezca la panacea en el imaginario de cubanos y africanos entre otros. 

 

 

 «Empezamos a escribir porque el mundo que nos rodeaba no nos gustaba, escribir es una acción inconformista» aseguró Muñoz, contestando una de las preguntas de Neuman.

 

 Hernández, todas las novelas del cual tienen lugar en La Habana, explicó que sólo en la distancia pudo reflexionar sobre su tierra: «No puedo escribir sobre el fuego si estoy dentro de la hoguera».

 

De izquierda a derecha: Muñoz, Hernández y Correa
De izquierda a derecha: Muñoz, Hernández y Correa

Y Correa compartió su experiencia con el detective Ricardo Blanco. «Al principio la gente me miraba de forma extraña, ¡donde se ha visto un detective de Las Palmas!, pero en Finlandia era muy exótico» Después de todo, remachó, «las ciudades las haces literarias! Antes a la gente le parecía provinciano que una novela tuviera lugar en Las Palmas, pero por suerte ya lo hemos superado».

 

Entre otros, también reflexionaron juntos sobre aquellas personas que, antes de su éxito, criticaban la novela negra. «Ahora toda esa gente ha acabado escribiendo» reía Correa «porque al fin y al cabo todo lo que sea diseccionar la sociedad es novela negra.»

  

Mx


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